jueves, 30 de octubre de 2014

Escape de la realidad, escape de los problemas



Muchos de nosotros lidiamos con problemas muy a menudo, casi que el 100% del tiempo. Ya sean personales, emocionales, económicos... Muchas veces no tenemos ni idea de qué hacer y nos ahogamos en un vaso con agua, a veces hasta en un vaso vacío, buscándole la metáfora. Quizás nosotros los veamos y digamos que aquel que no sabe qué hacer con sus problemas se está ahogando en un vaso con agua porque el problema es una tontería, pero ellos no lo ven como un simple vaso, lo ven como un mar aunque no sea así.

Muchas veces sentimos que no tenemos personas que no nos escuchan como es, o que no nos ayudan como es o que sus consejos son algo pesados y terminan ofendiendo porque no se ponen en tu zapato y no saben qué es lo que estas sintiendo, por lo que nos vemos en la obligación de escapar de esos problemas para no tener que lidiar con ellos y ver qué se hace luego para solucionarlos.

Ya sea desahogándote con algo, contándoselo a un amigo, contándoselo a un diario (mi caso, no tengo amigos en la vida real), jugando videojuegos, haciendo alguna que otra actividad, algún deporte, dibujando o cosas por el estilo, incluso simplemente mirar la ventana del coche, del bus o del balcón, cada quién tendrá su forma. Escapar de la realidad haciendo cualquier cosa que te evite pensar en ello, o por el contrario, reflexionar al respecto, es algo que ayuda a meditar bastante en forma de auto-ayuda por la escuela de psicología que se crea en nuestra cabeza.

Luego te terminas dando cuenta que, escapando de la realidad para entrar a tu mundo de fantasía para buscar una solución, es la única solución. Te olvidas de tus problemas porque vives en un mundo fantasioso donde no existen y todo es como lo quieres. Como dice mi profesor de matemáticas: “Si un problema tiene solución, ¿Para qué te preocupas? Y si no tiene solución, ¿Para qué te preocupas?”. Ya es suficiente infierno con tener que pensar en los problemas, escaparte podría ser la solución para no darles oportunidad, aunque sea temporalmente. Siempre es bueno darse un respiro para retomar luego.

Orígenes de un pequeño espacio



¿Por qué el blog se llama así? ¿Por qué el link del blog es así? ¿Por qué creé este blog? ¿Por qué ese fondo? La respuesta la sabrán ustedes luego, tarde o temprano lo descubrirán por ustedes mismos. Aunque la respuesta a las primeras dos preguntas podría ser que soy poco original y creativo para ciertas cosas. Tengo como finalidad hablar con toda la libertad de prácticamente lo que quiera o lo que se me ocurra, o simplemente cualquier cosa que quiera expresar sacándole provecho a la magia del anonimato, o como quien dice, “escondiéndome detrás de una máscara sin dar la cara”. Si piensan que soy un conformista porque no quiera mostrar mi identidad para no tener que preocuparme si cometo una cagada... Pues están en lo cierto, sólo tengo que aclarar otra cosa más. Que dé la cara o no, no cambia la validez de los argumentos que use en las cosas que diga, así que sus lloriqueos de bebé quejándose o replicándome por algo que dije y no les gustó con el típico “No tienes huevos para dar la cara y decirlo”, serán completamente ignorados. Ya tendré mis razones para mantenerme escondido, no necesariamente porque sea un cobarde. Ya sé que ahora mismo ni dios conoce este blog, la verdad es que eso me da un poco igual, lo que me importa es poder lograr mi fin al escribir públicamente (cosas personales que ni yo entiendo).

Tenía varias cosas que decir para mi primera entrada, pero siempre se me escapan las ideas, ya veré qué iré agregando luego.

Como ya lo dice la descripción, no sé con exactitud con qué frecuencia estaré haciendo entradas, depende de mí motivación y las ideas que tenga para escribir lo que sea. Sin más que decir (en realidad sí que tenía muchas más cosas que decir, sólo que no me acuerdo...), ¡Bienvenidos! n.n